Inmersos en las historias que la pandemia misma, rubrica con el paso de los días y el aumento de los contagios, están las líneas de los personajes que estando más cercanos al foco mediático, no fueron ajenos a tener que librar la batalla de moda.
Alberto Marrero, el presidente del Atlético de San Luis, dentro del conteo que la Liga MX realiza entre sus agremiados para registrar a portadores del Covid-19, o de plano descartarlos, se enlistó desafortunadamente como el primero en padecer la malaria.
El español avecindado en el Bajío mexicano, tras completar la ceremonia para darle el adiós a su viejo, como si el dolor no fuera poco, de regreso a territorio azteca tuvo que soportar uno más físico cuando presentó los síntomas del Coronavirus.
“Estuve en España por el fallecimiento de mi abuelo, fue llegando a México que me enteré que tenía el virus”, cuenta el directivo en entrevista con Grupo Cantón.
“La verdad que yo lo he vivido en carne propia, y me pongo en el lugar de esa gente mayor que lo está sufriendo; soy una persona saludable, me cuido, hago deporte, nunca había tenido este tipo de dolores, ni pasado por lo que pasé, siento pena por lo que estamos viviendo”.
Y, de muchas preocupaciones que ya de por sí la enfermedad genera, Marrero, quien fue criticado por asistir al partido que su escuadra validó ante el Puebla en el Estadio Alfonso Lastras, correspondiente a la Jornada 10, último del torneo Clausura 2020, pues ya presentaba el contagio, acepta que, era la intranquilidad de haber propagado la afección entre los integrantes del equipo y sus allegados.
“Mi preocupación era el equipo, mi preocupación era que pudiera haber infectado a los jugadores, a las familias de ellos, gracias a Dios ninguno salió infectado, he seguido mi vida desde mi casa, he salido solamente para una prueba que me hice de los pulmones y un análisis de sangre que me hice después; y bueno, ya llevo más de dos meses encerrado”.
UNA BATALLA VORAZ
A diferencia de la casi veintena de positivos que ha dado el circuito de casa, todos con esta característica de que son asintomáticos, el mandamás del conjunto potosino relata que la padeció, y en serio, aunque no tuvo necesidad de ser hospitalizado.
“Al principio los síntomas fueron dolor de cabeza y dolor de garganta, de ahí pasé a la fiebre, me iba y me venía; después estuve tres o cuatros días con problemas de respiración, sobre todo por las noches me faltaba el aire, y al día de hoy cuando tengo una charla, una entrevista, o algo que me lleva mucho tiempo, aún por momentos siento como que me falta el aire, digamos que son las secuelas que me ha dejado el virus”.
Referente al sitio en donde pudo contagiarse, sin descartar que tal vez pudo ser en la llamada Madre Patria, a donde pegó con fuerza el Covid-19, asevera sobre los distintos escenarios en donde se está a la deriva.
“Hay sitios que son más propensos al contagio; por ejemplo, los aeropuertos, los lugares en donde hay más magnitud de gente, ya después de tiempo la gente se quita los cubrebocas, nos damos la mano, ya no todos llevan esas medidas”.
UN RESPIRO
Aún cumpliendo con el aislamiento, lejos del terruño y de los suyos, trabajando en la planeación de lo que vendrá para su escuadra, hace una reflexión de lo que pasó en los últimos tiempos.
“Sí es verdad que todas esas personas que han sufrido enfermedades anteriormente, son las que más podrían estar expuestas o contagiarse más fácil, pero también hemos visto que cualquiera está en peligro, en cualquier momento”.
Finalmente, aunque no tuvo tiempo para de alguna manerafestejar la vida, tras salir avante de la pelea más difícil, Alberto Marrero comparte que tendrá su rato de relajación y desestrés antes de que vuelva a rodar la redonda de este lado.
“Con la cancelación del torneo uno ya está planeando, o irse a España, o a otro lugar para cargar energías para lo que se viene con el inicio de una nueva temporada”.