Los Pirineos se vistieron este domingo con los colores de Eslovenia. Tadej Pogacar conquistó la novena etapa, en Laruns, y Primoz Roglic tomó las riendas de la general del Tour antes de la primera jornada de descanso.
Segundo de la etapa de este domingo, Roglic confirmó su etiqueta de principal favorito para vestir de amarillo en París.
Sin haber cedido tiempo sobre el asfalto pirenaico, más allá de las bonificaciones, el vigente ganador de la ‘Grande Boucle’, el colombiano Egan Bernal, es ahora segundo en la clasificación general a 21 segundos del esloveno.
En una etapa marcada por la larga escapada del joven suizo Marc Hirschi (22 años), alcanzado a sólo 1.700 metros de la línea de meta, Pogacar desencadenó las hostilidades a 2,5 kilómetros de la cumbre de Marie-Blanque.
Un ataque que resultó fatal para el hombre que vestía el maillot amarillo, el británico Adam Yates, que perdió 54 segundos, al igual que el colombiano Miguel Ángel López.
Pogacar sólo fue seguido por tres corredores, tres de los gallos del pelotón, Roglic y Bernal, quien se mostró algo más cómodo que la víspera, y el español Mikel Landa.
El australiano Richie Porte, un poco más rezagado, y detrás el francés Romain Bardet peleaban por meterse en el grupo de los favoritos.
Hirschi sin premio
En meta, Porte y Bardet cedieron 11 segundos respecto a ese grupo de muchos kilates, al igual que Guillaume Martin, quien sigue tercero en la general, y los colombianos Nairo Quintana y Rigoberto Urán, todos ellos a apenas medio minuto de Roglic en la general. Con todas las opciones intactas.
¿Bernal el más peligroso? Actualmente es quizá Pogacar el más fuerte. Hoy nadie es más rápido que él, pero quedan aún muchos días de carrera”, afirmó Roglic, quien había ganado la etapa de Laruns en la precedente visita del Tour en 2018.
No habíamos programado nada especial, queríamos hacer la carrera más difícil. El equipo realizó un supertrabajo a lo largo de toda la jornada, nos organizamos para disputar la victoria”, explicó el líder del Ineos.
El dúo esloveno planea en el Tour junto a la armada ‘cafetera’, y entre todos acabaron con las ilusiones este domingo de Hirschi, el hombre más combativo del día, pero sin el premio gordo.
Hirschi se fue en solitario en el col de la Hourcère, primera ascensión de la etapa tras un inicio trepidante (48,2 km en la primera hora).
En solitario a 91 kilómetros de meta, aumentó su ventaja sobre un grupo de perseguidores y el pelotón.
Pero en la cima del Marie-Blanque, a 18 km de meta, gozaba de solo 15 segundos y fue alcanzado por los favoritos a menos de 2 kilómetros para meta, una semana después de caer en la segunda etapa ante el francés Julian Alaphilippe.
Aviso a navegantes
Con 21 años y en su segunda temporada en la élite, Pogacar, que ya impresionó el sábado en el Peyresourde, se confirmó como uno de los corredores de la nueva hornada para tener en cuenta de cara al futuro cercano.
Por el momento es ya candidato al podio, y quién sabe, a vestir de amarillo en París, por mucho que el viernes perdiese tiempo en los abanicos de Lavaur (Tarn) y le separen 44 segundos de Roglic, el jefe de filas del potente equipo Jumbo.
Vine para la clasificación general”, confirmó el esloveno del equipo UAE Emirates, tercero en la última Vuelta. Antes de lanzar a modo de aviso a navegantes: “Ya perdí tiempo pero eso no quiere decir gran cosa. Habrá diferencias más importantes en las dos semanas que vienen”.
Una vez en meta, los corredores subieron a los autobuses de sus equipos para un largo traslado; cerca de 430 kilómetros. En el menú del primer día de descanso de este Tour, test PCR para detectar eventuales casos positivos de coronavirus. Algo que podría tener su peso en las dos semanas siguientes.
El buen ambiente reinará en el autobús del Movistar, nuevo líder de la clasificación por equipos.